En primer lugar, déjame que te cuente un secreto (a voces): 
Seguramente escuchaste la frase que dice “la primera impresión es la que cuenta”… ¿verdad?

 

Pues es así: TODAS las marcas producen sensaciones y sentimientos cuando las ves por primera vez. Y no estoy hablando solamente de grandes marcas, sino también de emprendimientos pequeños o incluso de marcas personales.

Y así como la primera vez importa mucho, también son clave la segunda, y la tercera… ¿me explico?
Te estoy hablando de coherencia visual, de que cada vez que “aparezcas” te muestres de la misma manera.

¿Qué logras con esto?

Confianza. Armonía. Familiaridad.

Ser coherente con tu marca…
genera confianza: cuando estamos familiarizados con algo, confiamos más de forma innata… ¿verdad?
Es esa sensación de «sentirse en casa» que da gustito.
Esto nos lleva al 2º punto:
crea reconocimiento: la familiaridad va de la mano con el reconocimiento, que ayuda a tus clientes a identificar tu marca y a diferenciarte de sus competidores.
es invisible: no te das cuenta de que algo está “fuera de lugar” hasta que realmente lo está!
Por eso te digo que es invisible. Si acostumbras a mostrarte de una manera, por ejemplo muy cálida y delicada, y de pronto utilizas un lenguaje estridente, o una imagen muy infantil… pues eso estará fuera de lugar.
te ahorra tiempo y dinero: sólo necesitas definir tu estilo visual una sola vez, y a partir de ahí todo es repetición. No tendrás que perder tiempo y (ni dinero) pensando en cómo aplicar tu marca. Te saldrá naturalmente.

¿Y cómo logras esa tan ansiada coherencia?

Como te decía más arriba: a base de repetición. Explota al máximo lo que te hace diferente, y repítelo para crear una marca inconfundible.

Por ejemplo: Si haces un post para tus redes súper bonito, usando unos colores que te gustan, y luego el próximo post tiene una tipografía diferente, y otro estilo visual… pues te aseguro que desconcierta un poco.
Esto no significa que toda tu imagen tenga que ser igual; tampoco es cuestión de aburrir, ¿no?
Pero sí de tener en cuenta que mínimamente hay que definir ciertos elementos (gráficos y de comunicación) que se identifican con tu marca y te ayudan a ser reconocido.
Y luego mantenerte fiel a esos elementos visuales: tu estilo de fotos, tu paleta de colores, tu tipografía… e incluso tu temática (de lo que sueles hablar, o lo que comunicas).

Lo ideal es que la persona que ve tu marca la pueda reconocer sin que aparezca ni tu logo ni tu nombre.

Esa coherencia, aplicada a todos tus canales (redes, web, email, tarjetas, etc) creará una identidad de marca fuerte.

Hay algo que se llama “promesa de marca”, y es la experiencia que tu audiencia espera recibir cuando interactúa con ella. La vas construyendo poco a poco, con cada acción que realizas.

 

Y tú… ¿cómo estás construyendo esa promesa de marca?
¿Crees que estás creando una marca coherente?

Si necesitas más claridad, puedes descargar mi guía «Cómo crear un branding con intención» que te ayudará a evaluar los elementos esenciales de tu marca actual.

Guia Como crear un branding con intención

GUÍA

Cómo crear un branding
con intención

¿Te preguntas por dónde empezar…?
¿Necesitas claridad para definir cuál es la identidad y personalidad que quieres que refleje tu branding?
Descarga mi guía «Cómo crear un branding con intención», donde encontrarás los 3 elementos clave que necesitas definir para crear una marca auténtica que conecte con tu audiencia.